Iniciar y administrar una micro, pequeña o mediana empresa es el sueño de muchas personas. No es fácil, requiere mucho esfuerzo, capital y exige grandes sacrificios. Proteger el negocio con un seguro es la mejor manera de prevenir la pérdida de bienes y otros activos por daños causados ​​por un evento inesperado, porque su objetivo principal es compensar los daños a los activos tangibles o financieros de la empresa.

Cuando el riesgo se apodera del negocio, el seguro es un salvavidas que puede salvarlo de problemas financieros graves y evitar la pérdida de sus valiosos activos.

Toda empresa está expuesta a riesgos. Desde no poder continuar por falta de fondos hasta que tus instalaciones resulten dañadas por un desastre; sin olvidar los riesgos cibernéticos y las amenazas físicas a las que están expuestos los empleados, por nombrar algunos. El éxito de la empresa requiere elementos importantes desde el desarrollo de nuevos productos, identificación de oportunidades, planificación anticipada, cartera de clientes y protección de materias primas, máquinas y sobre todo recursos humanos. Además, la empresa puede enfrentar muchos riesgos en sus operaciones. Problemas comerciales, robo intelectual, daños intencionados o situaciones peligrosas para los colaboradores.

¿Por qué proteger mi negocio?

La mayoría de las PYME no cuentan con seguro contra catástrofes; desafortunadamente, son más vulnerables y propensas a sufrir un duro golpe financiero en caso de que un evento adverso las afecte. Para esto, existen diferentes tipos de seguros que protegen a empresas de diferentes tamaños contra situaciones perjudiciales y sus consecuencias, para que puedan recuperarse más rápido sin invertir o evitando así deudas o simplemente para evitar el cierra de la empresa.

Los bienes y los principales riesgos asegurables son:

o Daños a la propiedad causados ​​por incendio, explosión, terremoto y/o erupción volcánica y fenómenos hidrometeorológicos como deslizamientos de tierra, granizo, heladas, huracanes, inundaciones, nieve y vientos tormentosos, sobre todo en las regiones del país donde ocurren tales fenómenos naturales.

o Mobiliario y enseres para los mismos riesgos mencionados.

o Mercancías, contra riesgos de daño, su mal uso o robo.

o Dispositivos electrónicos destinados a un uso especial, si no son propiamente mercancías.

o Responsabilidad civil por daños a la propiedad si está alquilada o que pueda resultar de la fabricación, presentación y/o venta de bienes.

o Dinero y o valores en efectivo o están en el transcurso de rutas relacionadas con la empresa, bancos, proveedores o clientes.

o A los accionistas, personas clave y colaboradores en caso de enfermedad, incapacidad total y permanente y fallecimiento.

¿Pero en qué debería pensar primero?

En un presupuesto. En definitiva, es simplemente sentarse a planificar lo que quieres hacer en el futuro y expresarlo en dinero. Ahora bien, cuando prepares un presupuesto, es importante incluir los cálculos para contratar los seguros que requiere tu empresa y analizarlo en relación a las consecuencias financieras si no existiera el seguro y se produjeran siniestros.

La periodicidad de los presupuestos es crucial, se trata de planes a corto, mediano y largo plazo. Suelen realizarse anualmente, considerando al menos los próximos 3, 5 y 10 años. No importa el tamaño de tu negocio. Con ello podrás saber qué seguros son los más adecuados para contratar, para que la empresa esté siempre protegida.

¿Y si soy autónomo?

Los riesgos en todas las profesiones son latentes. El seguro de riesgos profesionales, también llamado de responsabilidad civil profesional, se convierte en un excelente aliado para evitar fallas en el desarrollo de tus actividades productivas. Cada profesional debe tener una póliza específica que cubra estos tipos de situaciones que enfrenta debido a su actividad principal.

El seguro de responsabilidad profesional te protege si eres demandado por un error cometido en el desarrollo de tu labor y que haya causado daños económicos, personales o materiales a un tercero. Algunos de los puntos que cubre esta póliza:

  • Pérdida de documentos
  • Propiedad intelectual
  • Difamación
  • Indemnización por daños, perjuicios y daño moral
  • Gastos y pagos de defensa.

Si deseas realizar actividades por tu cuenta, manteniendo a distancia los riesgos profesionales, debes contar con este seguro que te respalde a ti y a un tercero, ya sea tu cliente o proveedor.

¿Existe un seguro que ofrezca beneficios fiscales para mi negocio?

En México existen una amplia variedad de pólizas de seguro, y cada una te ofrece beneficios específicos según el tipo o cobertura que contratas. Te va a resultar muy interesante saber cuáles, y sobre todo en el último periodo del ejercicio fiscal y en los meses de la declaración de impuestos anual.

No todas las pólizas ofrecen beneficios fiscales, ya que para los profesionales autónomos sólo son aquellos relacionados con gastos médicos mayores y los de vida con componentes de ahorro para el retiro, como los famosos PPR o CPEA.

El panorama es diferente para las personas morales, ya que tienen una selección más amplia de seguros cuyos pagos de primas son deducibles de impuestos:

  • Seguro de Daños
  • Seguro de Persona Clave o Inter-Socios
  • Seguro de Transporte
  • Seguros Colectivos de Vida, de Gastos Médicos o de Accidentes Personales para los colaboradores.

Haz una proyección de ingresos y egresos para tener una mejor perspectiva, de cuánto podría necesitar tu empresa en caso de un siniestro que pudiera detener por completo sus operaciones y, con base en ella, busca asesoría entre toda la oferta de seguros empresariales que tenemos en DN Consultancy.

No olvides que tu inversión y patrimonio deben estar protegidos para asegurar tu estabilidad financiera y garantizar la continuidad de tu negocio en el futuro. Ninguna empresa está exenta de riesgo. Y muchas veces las pérdidas se vuelven insostenibles si no se cuenta con la protección financiera para hacer frente a una catástrofe. ¿Te imaginas tener que parar tus operaciones por un evento inesperado? ¿O no poder pagar a tus empleados? ¿Perder a la persona que genera los grandes negocios y afecta en las utilidades?

«¡El transferir el riesgo a los expertos, siempre será tu mejor estrategia!»